El mandatario estadounidense aseguró que se trata de un diálogo sin intermediarios y con funcionarios de primer nivel.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que su gobierno iniciará negociaciones "directas" con Irán respecto a su programa nuclear. El mandatario señaló que el encuentro se llevará a cabo el próximo sábado y participarán funcionarios de alto nivel de ambas partes. "Tenemos una reunión muy importante y trataremos con ellos directamente", expresó en declaraciones a la prensa desde la Casa Blanca. También sostuvo que alcanzar un acuerdo "sería fantástico", aunque reconoció que no hay garantías de éxito.
Trump remarcó que las conversaciones no se realizarán mediante intermediarios, lo cual representa un giro en la estrategia diplomática de Washington, que no mantiene relaciones oficiales con Teherán. Afirmó además que todos estarían de acuerdo en que un acuerdo sería preferible a una confrontación, y advirtió que “la alternativa es algo en lo que no querría estar implicado”, en referencia a un posible conflicto armado. Esta apertura se produce en un contexto de creciente tensión bilateral, marcado por amenazas recientes del presidente estadounidense de imponer nuevos aranceles y recurrir a acciones militares si Irán no acepta limitar el desarrollo de su programa nuclear.
Cabe recordar que Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 durante su primer mandato en 2018, lo que reactivó una serie de sanciones económicas contra Irán. En respuesta, Teherán fue reduciendo progresivamente sus compromisos con el pacto. Desde su regreso a la presidencia, el republicano volvió a endurecer la presión sobre el régimen iraní, lo que generó fuertes críticas desde distintos sectores internacionales y del propio gobierno iraní.
Horas antes del anuncio de Trump, el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, había declarado que su país estaba a la espera de una respuesta por parte de Estados Unidos para avanzar en negociaciones indirectas en Omán. Sin embargo, el anuncio del mandatario norteamericano marca un nuevo enfoque en la relación bilateral, que podría derivar en un relanzamiento del diálogo diplomático tras años de desencuentros y tensiones.