El presidente del club, Horacio Aguilera, valoró el esfuerzo colectivo y reafirmó el compromiso social de la entidad.
El Club UPCP de Resistencia inauguró su esperado microestadio y marcó un hito en su historia institucional. Fundado en 1992 y con 185 socios activos, el club viene consolidándose como un espacio clave para el desarrollo deportivo, cultural y social del barrio. La obra, largamente esperada por dirigentes, familias y deportistas, ya está en funcionamiento y permite ampliar significativamente las disciplinas que se practican en el club. “Gracias a Dios, sí. La verdad que hemos luchado tanto para que se dé este espacio físico para poder desempeñar nuestra disciplina”, expresó emocionado Horacio Aguilera, presidente del club, en diálogo con N9.
El microestadio no solo beneficia al club, sino que representa una mejora concreta para la zona. “Espectacular, la verdad que a nosotros nos hacía falta algo así, no para el Club UPCP, sino para la comunidad, porque la verdad que el beneficiado hoy en día es la comunidad”, afirmó Aguilera, remarcando el impacto colectivo de la obra. Con la infraestructura ya en uso, el club amplió su propuesta deportiva y ahora suma vóley —tanto formativo como competitivo—, además de proyectar la incorporación de nuevas disciplinas. “La demanda del voley nos superó. Hoy estamos con una demanda bastante importante y seguramente van a ir creciendo día a día”, explicó.
Pero el rol del club va mucho más allá del deporte. Según relató Aguilera, el espacio también cumple una importante función social, especialmente para las infancias más vulnerables. “Hasta hoy en día se da hasta merendero ahí, en ese lugar. Hacemos un gran esfuerzo porque hay muchos chicos que a veces no tienen un plato de comida o no tienen para un cocido. Y nosotros les brindamos por lo menos la merienda”, reveló el dirigente, quien dejó ver la dimensión humana que guía la gestión.
Actualmente, el Club UPCP moviliza a más de 450 personas entre niños, jóvenes y adultos, y ofrece un abanico de actividades que va desde el fútbol hasta la zumba. La vida del club se sostiene con el compromiso diario de quienes lo integran. “Esto lo hago porque me gusta y tengo que agradecer especialmente a mi esposa, a mi hija, que me hacen el aguante día a día. A veces venimos agotados, cansados, pero la familia siempre está”, compartió Aguilera, reconociendo también al equipo de trabajo liderado por Alicia Hogara, “una gran mano para que eso luzca así”.
Además del deporte y la contención social, el club busca fomentar la integración familiar y la participación comunitaria. Con una plazoleta y un entorno pensado para el disfrute, el microestadio se proyecta como punto de encuentro para todo el barrio. “La idea es esa, que la familia se integre a lo que es el club. Hoy ya tenemos distintas disciplinas, tenemos todo como para que los chicos se diviertan y desarrollen sus actividades deportivas”, sostuvo Aguilera. El club, ubicado en Ingeniero Schulz 2365, sigue creciendo y abre sus puertas a nuevos socios que quieran sumarse.
En diálogo con N9, el presidente cerró con una reflexión sobre lo que más lo moviliza en su rol dirigencial: “La mayor satisfacción es que te saluden los chicos, que te den un abrazo, que te hablen. Algunos ya no son tan chicos, algunos ya son muchachos grandes. Pero siguen en el club, siguen trabajando. Y eso es lo que nos da fuerza para seguir”. El microestadio del Club UPCP es, sin dudas, una conquista colectiva que promete multiplicar oportunidades para toda la comunidad.
