La madrugada en el barrio San Martín de Quitilipi se tornó violenta y surreal cuando un presunto ladrón terminó herido de escopeta tras ser sorprendido caminando por el techo de una vivienda. La secuencia, que parecía sacada de una película de acción, culminó con el delincuente pidiendo auxilio desde las alturas, cubierto de heridas y sin haber conseguido su botín.
Todo comenzó minutos antes de las 4:30, cuando una mujer de 64 años alertó a la Comisaría local: junto a su esposo de 73, habían escuchado ruidos extraños sobre las chapas de su casa. Sin dudarlo, el hombre tomó su escopeta, salió al patio y al ver la silueta de un sujeto desplazándose por el techo, disparó.
El estampido cortó el silencio de la noche. El joven, de 20 años, cayó herido entre las chapas, rogando ayuda. Al llegar, los efectivos policiales debieron trepar un muro para asistirlo. Lo bajaron con precaución y lo trasladaron de inmediato al hospital local.
Según el parte médico, el sospechoso presentaba “múltiples lesiones penetrantes tipo perdigones en región abdominal, púbica, cara anterior de manos y brazos”. Debido a la gravedad de las heridas, fue derivado al Hospital 4 de Junio de Sáenz Peña para una evaluación más especializada.
La Fiscalía en turno dispuso que se inicien actuaciones judiciales por “Supuesta Tentativa de Robo con Escalamiento” y, en paralelo, una causa por “Supuestas Lesiones Leves con Arma de Fuego”, notificando al dueño de casa, quien continuará en libertad.
El hecho dejó al barrio en estado de alerta. Mientras unos vecinos aplauden la reacción del propietario como un acto de legítima defensa, otros se preguntan hasta qué punto puede escalar la inseguridad antes de que se convierta en una tragedia.
