Cinco meses después del trágico incendio que destruyó su hogar, Verónica Dorado Borda y sus hijos finalmente pudieron regresar a una nueva casa reconstruida gracias al esfuerzo colectivo y la solidaridad de la comunidad.
Verónica recordó con emoción los momentos difíciles que vivió después del siniestro. "No podíamos seguir viviendo en la casa de mi mamá, así que hablamos con los dueños de nuestra casa para acelerar los trámites. Con su ayuda y la de una arquitecta, logramos comenzar la reconstrucción, aunque el presupuesto no alcanzaba para completar el proyecto inicial. ", continuó.
Ante las limitaciones, Verónica optó por una solución práctica: solicitar la construcción de una habitación grande para instalarse con sus hijos lo antes posible. "Aunque la obra se retrasó por las fiestas de fin de año, el 10 de enero finalmente nos mudamos. Los chicos están felices, y eso me hace la mamá más feliz del mundo", agregó con una sonrisa.
La comunidad tuvo un papel clave en la reconstrucción del hogar. Verónica expresó su agradecimiento a todas las personas que colaboraron con donaciones de materiales y dinero: "Recibimos bolsas de cemento, ventanas, puertas, chapas, tirantes y todo lo necesario para levantar la casa. Además, nos ayudaron con muebles, ventiladores y otros elementos. esenciales para que mis hijos estén cómodos".
Ese apoyo fue decisivo para que Verónica y su familia pudieran tener un techo seguro nuevamente. "Hoy mis hijos tienen dónde dormir y están disfrutando de sus vacaciones. Saber que están contentos y tranquilos me llena de fuerza para seguir adelante", afirmó.
Aunque la casa aún no está completamente terminada, Verónica ve el futuro con optimismo. "Nos faltan algunos detalles, como acomodar la ropa y terminar de instalar los servicios, pero estamos muy agradecidos. Ahora la atmósfera es distinta, estamos en nuestra casa y eso nos da tranquilidad", comentó.
