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El régimen de Bashar al Asad cae tras 13 años de guerra civil en Siria

08 de Diciembre, del 2024 - Mundo

Tras una ofensiva relámpago de 11 días, las fuerzas rebeldes han derrocado al régimen en Damasco, poniendo fin a una era de autoritarismo en Siria.

El régimen de Bashar al Asad ha caído tras más de una década de guerra civil que comenzó con la Primavera Árabe en 2011. Este domingo, tropas rebeldes entraron en Damasco sin encontrar resistencia, marcando el final de un gobierno que se extendió por 23 años bajo el mando de al Asad y casi cinco décadas de control de su familia. Según fuentes militares citadas por Reuters, el presidente abandonó el país en un avión cuyo destino permanece desconocido.

Los rebeldes sirios avanzan hacia Homs, cercando la tercera ciudad más grande del país

En las calles de la capital, miles de sirios celebraron la caída del régimen con cánticos y concentraciones en las principales plazas. La toma de Damasco se produjo tras una ofensiva coordinada entre los rebeldes del sur y las milicias fundamentalistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), que iniciaron su avance desde Idlib hace 11 días. A pesar del júbilo en las calles, la incertidumbre reina, ya que los nuevos líderes aún no han definido un plan de transición.

El ministro del Interior había asegurado que Damasco estaba protegida por un sólido cordón militar, pero las tropas gubernamentales se rindieron sin resistencia significativa. En los días previos, los rebeldes tomaron importantes ciudades como Alepo y Homs, obligando a los soldados del régimen a huir hacia Irak. Mientras tanto, las potencias internacionales que apoyaban a ambas facciones optaron por la diplomacia, instando a un acuerdo político para evitar más derramamiento de sangre.

En un comunicado emitido desde Moscú, Rusia confirmó que Bashar al Asad abandonó el cargo tras negociaciones con representantes rebeldes. El mensaje enfatizó la necesidad de una transición pacífica, pero la falta de estructura en las fuerzas insurgentes, especialmente en el sur, ha generado tensiones. “No sabemos quién está al mando en este momento ni cómo se gestionará el proceso de transición”, lamentó Jaled Joya, expresidente de la Coalición Nacional Siria.

Imágenes difundidas en redes sociales muestran escenas de caos y liberación. En una de las más simbólicas, rebeldes abren las puertas de la prisión de Sednaya, conocida por sus brutales condiciones, mientras militares del régimen se despojan de sus uniformes para mezclarse con los civiles. El aeropuerto de Damasco también se convirtió en un escenario de confusión, con vuelos cancelados y pasajeros huyendo ante el avance rebelde.

Con la caída del régimen, el futuro de Siria es incierto. A pesar del fin del control de la familia al Asad, el país sigue fragmentado, con áreas bajo control kurdo y otras en manos de diferentes milicias. Mientras los sirios celebran la posibilidad de un nuevo comienzo, los retos que plantea la reconstrucción de un país devastado por la guerra parecen monumentales.